Las personas con cirrosis biliar primaria pueden no experimentar síntomas al principio o después de que se les diagnostique inicialmente. Sin embargo, con el tiempo, pueden desarrollar una amplia gama de síntomas que afectan a todo el cuerpo.
Los síntomas pueden incluir:
- Dolor abdominal
- Sequedad en los ojos y la boca
- Fatiga
- Acumulación de líquido en el abdomen
- Colesterol alto
- Hipotiroidismo
- Comezón en la piel
- Ictericia, o coloración amarillenta de la piel y los ojos
- Dolor musculoesquelético que afecta a los huesos, músculos o articulaciones
- Hiperpigmentación de la piel
- Pies o tobillos hinchados
- Pérdida de peso
Las complicaciones de la cirrosis biliar primaria incluyen cálculos biliares o de las vías biliares; osteoporosis; hipertensión portal, que es la presión sanguínea alta en la vena que va al hígado; y agrandamiento del bazo.
Es importante buscar tratamiento médico cuando los síntomas o complicaciones aparecen por primera vez, ya que, en muchos casos, el tratamiento con medicamentos puede retardar el daño hepático. Por lo general, la enfermedad progresa con lentitud, por lo que una intervención temprana puede mejorar los resultados.
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