Se reconoce la poliomielitis por los síntomas, como la rigidez en la espalda y el cuello, o los reflejos anormales o la debilidad muscular. Para confirmar el diagnóstico, puede identificarse el virus de la poliomielitis con un análisis de laboratorio de una muestra de heces. El virus puede identificarse en una muestra tomada de la garganta únicamente durante la primera semana de la enfermedad. Por lo tanto, la muestra de la garganta es una fuente menos confiable para realizar pruebas.
Puede hacerse una prueba del líquido que rodea el cerebro y la médula espinal, o líquido cefalorraquídeo, para descartar otras enfermedades del sistema nervioso.
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